domingo, 6 de noviembre de 2011

Abuela yo?

¿ABUELA YO?  Pues si, abuela yo.  Poco importa la edad en la que nuestros hijos nos honran con tan pesado y a la vez hermoso privilegio; siempre golpea al ego.  Tenemos la creencia que ser abuelos nos saca de circulación, nos envejece instantáneamente cuando estamos en la flor de la vida; en el verano de nuestra edad.  Sobre todo porque ese estado de abuelo se lo atribuímos al invierno de nuestra existencia, a la decadencia, a ese limbo en que estamos recogiendo los frutos de la vida de sacrificios, mascando saliva y obviamente, cuidando nietos.  Pues no.

Los tiempos han cambiado y no ahora sino desde hace mucho.  Yo no soy abuela a los cuarenta y no muchos porque mi hija se haya adelantado, sino porque en su momento, yo me adelanté teniéndola a ella.  Ese es el meollo del asunto.  Como decía un querido amigo ganadero, la vaca se olvida que fue ternera.  Es decir, nuestra memoria es cortísima.  Si me pongo a sacar conclusiones, me percato de que no sólo soy abuela a los cuarenta, sino que hice a mi madre abuela a los 36 en su momento y ahora entiendo sus ganas de ahorcarme.  Yo a mis 18 me convertí en madre, mi hija lo será a los 25, por tanto....¿quién se adelantó?

En todo caso, ese es un tema para alguna otra reflexión.  Ahora lo que pienso es en cómo lidiar con la emoción de ver a mi primer nieto aunado a el deseo de no sentir que la carrera de la juventud esta próxima a terminar para mi.  Por la edad ni me preocupo, los 40's son los nuevos 30's.  Es mas bien un asunto de actitud social y colectiva.  Ya de por si, a mi esposo y a mi nos cuesta establecer similitudes con parejas de nuestra edad pues todos están aún criando a pequeños y nuestra "bebita menor" tiene 17.  Cuando nosotros, por haber criado desde tan jóvenes, ahora estamos en pleno período de planear nuestro siguiente paso en la vida que debería ser el período de luna de miel que no tuvimos, cuando a la misma edad, nuestros conocidos están inmersos en el mar de pañales, primeros dientes, fiestas infantiles y demás actividades que disfrutamos en su momento pero que hemos dejado gustosamente atrás.  ¿Cómo emparejamos esa realidad con el hecho de ser abuelos? He ahí el detalle, estamos trabajando en ello.

Mi esposo ya se imagina cargando a su pequeñito en un koala, feliz por la calle.  Yo también me lo imagino..... a el, porque estoy segura que le preguntarán: ¿es tu bebe? a lo que el contestará orgulloso: "no, es mi nieto", con el correspondiente murmullo de incredulidad y el consabido y por demás acertado comentario: ¡¡"pero si eres tan joven, parece mas bien tu hijo"!!

¿Mi mamá? muerta de risa porque todos piensan cuando sale con mi hija, su nieta, que ELLA será abuela y gritan del impacto cuando asegura que ese será su primer bisnieto.  Y yo me pregunto una y otra vez ¿donde estaba yo cuando hicieron el reparto de genes?

¿Yo? ya me estoy preparando psicológicamente para dos cosas; la primera, el dolor horrible de las inyecciones de botox (si, lo se; porque ya me lo he puesto) y la segunda, para que a la consabida y en mi caso, bastante poco frecuente pregunta de ¿es tu bebe?  me crean a la primera cuando les diga que es mi nieto, sin mayor pataleo.  Así es la vida.