viernes, 28 de octubre de 2011

Ni de aqui ni de alla

Casi todas las personas que salen de su tierra, tratan de buscar la manera de sobrevivir con las costumbres y forma de ser de las personas que se convierten en tus vecinos, compañeros y amigos.  Pero ¿que pasa con las personas que salimos de nuestra patria hacia nuestra patria?  He ahí el dilema.  Es algo complicado.  Por una parte, extrañas a muerte todo lo que para ti tiene significado en términos de costumbres, idiosincracia y hasta en el humor.  Por otra, te encuentras de pronto, sin darte cuenta, tarareando esas canciones viejas de cuna y típicas que no sabías que te sabías o que no recordabas y que comienzan a dibujarte un perfil ti mismo que no termina de cuadrar pero que tiene de alguna forma mucho sentido en tu interior.  Sin embargo, te aferras a ese sentido de "extranjero" pues sientes que debes pertenecer a algo, te aferras a esas costumbres aprendidas que le dieron consistencia a tu vida y que sientes que te rescatarán ahora del sentimiento de no saber de dónde carajo eres en realidad.

He terminado por asumir que soy Chilena de nacimiento y Venezolana de corazón.  Pero, también soy Chilena por sentimiento y Venezolana por extensión.  Me duele, me irrita, me desespera la situación tan terrible en términos políticos y económicos que vive mi amada Venezuela, en twitter verás que todos aquellos a quienes sigo, salvo dos o tres excepciones, son venezolanos o tienen que ver con el acontecer de allá.  Llevo un año aquí y aún no soy capaz de ver un programa nacional completo porque simplemente no hablo el mismo idioma, pero ya no me pierdo los noticieros.  Estoy descubriendo que me molesta sobre manera que algún extranjero venga a decir que los chilenos son esto o aquello.  Y entonces me percato que yo soy a veces uno de esos extranjeros que se queja de la falta de "sabor" del chileno o que critica una u otra costumbre que para nosotros en Venezuela no está bien vista.  No es fácil.

Que curioso me parece ahora recordar que en Venezuela yo era diferente.  Hay millones y millones de extranjeros allá y yo era uno de ellos también.  Cada vez que a alguien le llamaba la atención mi forma de ser o de pensar siempre salía el comentario de alguno de mis amigos: "es que ella es chilena" con el respectivo "aahhh" por respuesta.  De hecho, yo era la primera en decir "soy chilena" a mucha honra además.

Me causa gracia que mi esposo me cuente que cuando me conoció le parecí algo estirada o "sifrina" como decimos allá a la gente creída.  Después se dio cuenta que no era eso, sino que era chilena y, según el, ahora le encuentra sentido a mi humor, mi manera de ser y mis costumbres pues vive aquí y ha empezado a encontrar similitudes.  Esas que yo no veo por ningún lado por cierto, pues aquí los chilenos que conozco se preguntan por que soy tan diferente, y viene alguien que me conoce y les dice: "es que ella viene de Venezuela"; con el correspondiente "aaaahhhh" .  Irónico, ¿verdad?














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